REVIVA LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN DE PAUCARTAMBO
“Te quiero más que a mi madre, te quiero más que a mi padre y si no fuera delito, más que a la Virgen del Carmen”, resuena un huaino por el altoparlante de Paucartambo. La frase resume la devoción que aquí se le profesa a la Mamacha.
Lo enamorados que todos están de ella se expresa en otras letras que un grupo de veinteañeros entona en la Plaza de Armas: “Señorita exquisita, hermosa filigranita a la que los ángeles rodean y los pecadores llaman”, dicen los animados chicos. Resulta que son limeños, pero cada 15 de julio llegan a la tierra de sus abuelos para ser parte de uno de los rituales de religiosidad más afamados de los Andes.
Cápac negro, cápac chuncho, cápac colla y saqras son las danzas principales, que recrean historias que son del pueblo: durante la colonia, comerciantes del Altiplano pasaban para ofrecer su mercadería a las familias españolas refugiadas en esta villa alejada del Cusco. Esos mercaderes hallaron en Paucartambo la cabeza de la virgen, y en ese momento el pueblo se rindió ante ella. Le hicieron un cuerpo de madera y la llevaron al templo.
Los problemas empezaron cuando los adinerados collas volvieron con un ejército para llevarse su hallazgo al Collao. Los defensores fueron chunchos habitantes de la vecina Amazonía y esclavos negros. La batalla se recrea alrededor de la plaza. Al final, los saqras o demonios traviesos se llevan en carretas de fuego las almas de los abatidos.
El jolgorio posterior es registrado por el equipo de Crespial que, en convenio con la Unesco, se encarga de registrar el patrimonio inmaterial de Latinoamérica.
CLAVES
Se calcula que 15 mil personas visitaron Paucartambo durante la celebración.
Un turista murió cuando viajaba por la carretera afirmada que une a Cusco con Paucartambo. Esta vía también conduce al Manu.
“Te quiero más que a mi madre, te quiero más que a mi padre y si no fuera delito, más que a la Virgen del Carmen”, resuena un huaino por el altoparlante de Paucartambo. La frase resume la devoción que aquí se le profesa a la Mamacha.
Lo enamorados que todos están de ella se expresa en otras letras que un grupo de veinteañeros entona en la Plaza de Armas: “Señorita exquisita, hermosa filigranita a la que los ángeles rodean y los pecadores llaman”, dicen los animados chicos. Resulta que son limeños, pero cada 15 de julio llegan a la tierra de sus abuelos para ser parte de uno de los rituales de religiosidad más afamados de los Andes.
Cápac negro, cápac chuncho, cápac colla y saqras son las danzas principales, que recrean historias que son del pueblo: durante la colonia, comerciantes del Altiplano pasaban para ofrecer su mercadería a las familias españolas refugiadas en esta villa alejada del Cusco. Esos mercaderes hallaron en Paucartambo la cabeza de la virgen, y en ese momento el pueblo se rindió ante ella. Le hicieron un cuerpo de madera y la llevaron al templo.
Los problemas empezaron cuando los adinerados collas volvieron con un ejército para llevarse su hallazgo al Collao. Los defensores fueron chunchos habitantes de la vecina Amazonía y esclavos negros. La batalla se recrea alrededor de la plaza. Al final, los saqras o demonios traviesos se llevan en carretas de fuego las almas de los abatidos.
El jolgorio posterior es registrado por el equipo de Crespial que, en convenio con la Unesco, se encarga de registrar el patrimonio inmaterial de Latinoamérica.
CLAVES
Se calcula que 15 mil personas visitaron Paucartambo durante la celebración.
Un turista murió cuando viajaba por la carretera afirmada que une a Cusco con Paucartambo. Esta vía también conduce al Manu.
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