Nos aproximamos al 1° de Octubre, día en que se conmemora en el Perú el "Día del Periodista" recordándose la fecha en que apareció el primer diario del Perú y América, el "Diario de Lima", fundado por Jaime Bausate y Mesa.
Pero esto qué importa, si en verdad ahora que nuestra provincia se encuentra "plagada" de dizque "comunicadores sociales" o "periodistas" (profesionales o empíricos), estoy seguro que la historia no tiene mayor significado, mucho menos el verdadero significado que encierra la palabra PERIODISTA.
Lógicamente que este PROFESIONAL, no es aquel que como cual artera mascota sale en defensa de su dueño, o mejor dicho quien lo mantiene, para enfrentarse a todo aquel que se atreva a cuestionar a su promotor monetario; mucho menos es aquel hombre o mujer que en virtud a unos sencillos que le cae cotidianamente en el bolsillo, asume la posición de "felipillo" para que calle en todos los idiomas las cosas negativas de una autoridad o institución, por temor a perder el medio de vida que algunos le han concebido y que la propia comunidad denuncia.
Y casualmente por estos devaneos que sencillamente hemos expresado, es que nos adelantamos a pensar en las cosas que pueden suceder este 01 de octubre. Ojalá que no se vuelva a repetir tamaña afrenta de hace 365 días atrás, cuando sin el menor escrúpulo y respeto a su propia dignidad un grupo de "periodistas" obligaron a la autoridad municipal provincial de Cañete a izar el Pabellón Nacional en la Plaza de Armas, con el único fin de ganarse el almuerzo y el brindis gratis. Allí estuvieron "perro, pericote y gato", es decir juntos todos aquellos que día a día se dicen la vela verde en los medios, sin el menor respeto a sus oyente, televidentes o lectores, y se enfrentan abiertamente, no por defender ideas ni posiciones, sino por no perder el "patrocinio" de quien lo mantiene, y ha generado, con esta actitud, que la corrupción en esta noble profesión en lugar de disminuir se acreciente más.
Algunos ya están visitando a las autoridades para discretamente conocer qué van a programar por tan especial acontecimiento, comprometiéndose inclusive a llevar las tarjetas a los coleguitas agremiados o independientes. Otros hasta preparan el terno para talvés una juramentación, pero no porque quieren que una autoridad tenga el honor de tomarles la palabra al asumir su cargo, sino para que la ceremonia pueda salir tranquilamente y gratis con el almuerzo incluido.
Ah, no podemos olvidar, que seguramente también ya comenzaron a llegar oficios requiriendo apoyo a diversas instituciones, ya sea económico o en especie, solicitando la ayudita de las autoridades para poder celebrar nuestro día; aunque mañana todo aquello recaudado nadie sepa dónde fue a parar. Basta de esto.
Es tiempo que entendamos que como cualquier ciudadano que quiere celebrar su cumpleaños, lo hagamos con nuestro propio peculio, sin el compromiso de un apoyo que nos obligue a pasarla la mano a autoridad alguna. Es mejor estar juntos, quienes verdaderamente debemos estarlo, aunque sea comiendo un menú y un refresco que nos cueste a nosotros mismos y que no sea el complaciente almuerzo de alguien que se crea que nos tiene en su poder.
Que haya ceremonia y reconocimiento talvés sea justo y necesario, pero no sumisión, mucho menos servilismo en favor de alguien que pretenda demostrar que "esta de la mano con los hombres de prensa", cuando al final lo que busca es decir: "miren cómo los tengo”
Si se quiere agasajar a los hombres de prensa o comunicadores sociales de Cañete, que se nos deje de ofrecer alimentos y trago que en el día nos llenará y nos dejará satisfecho, pero al día siguiente nuevamente el estómago quedará vacío. Que se programen cursos de capacitación que nos permitan estar a la altura de las circunstancias que se nos presenten en el correcto camino de nuestra mejor labor en BENEFICIO DE LA COMUNIDAD.
El alimento del saber, que tanta falta nos hace a todos, títulados o no, será el maná que nuestra alma requiere para un mejor trabajo diario ya que los conocimientos que se puedan aprender en este tipo de actividades, no se digerirán rápidamente mucho menos evacuaremos de nuestro ser como cualquier alimento sólido ya sea de menú corriente o de plato a la carta.
Pidamos capacitación, para que nos preparemos mejor para el desarrollo de nuestra labor o profesión. Eso nos hará más dignos con la comunidad y nosotros mismos. El reto estoy seguro que será duro de afrontar, porque contrariamente abundarán aquellos que con el cuento de brindar un buen desayuno, almuerzo o comida; o talvés las tres cosas, pretendan seguir forjando hombres o mujeres pobres de conocimiento para que no se les enfrenten mañana cuando haya algo que denunciar.
Recordemos que el periodismo es un arma que puede transformar a la sociedad, pero debe estar al lado de la comunidad y no bajo el brazo de ninguna autoridad. (Elarquim)
Pero esto qué importa, si en verdad ahora que nuestra provincia se encuentra "plagada" de dizque "comunicadores sociales" o "periodistas" (profesionales o empíricos), estoy seguro que la historia no tiene mayor significado, mucho menos el verdadero significado que encierra la palabra PERIODISTA.
Lógicamente que este PROFESIONAL, no es aquel que como cual artera mascota sale en defensa de su dueño, o mejor dicho quien lo mantiene, para enfrentarse a todo aquel que se atreva a cuestionar a su promotor monetario; mucho menos es aquel hombre o mujer que en virtud a unos sencillos que le cae cotidianamente en el bolsillo, asume la posición de "felipillo" para que calle en todos los idiomas las cosas negativas de una autoridad o institución, por temor a perder el medio de vida que algunos le han concebido y que la propia comunidad denuncia.
Y casualmente por estos devaneos que sencillamente hemos expresado, es que nos adelantamos a pensar en las cosas que pueden suceder este 01 de octubre. Ojalá que no se vuelva a repetir tamaña afrenta de hace 365 días atrás, cuando sin el menor escrúpulo y respeto a su propia dignidad un grupo de "periodistas" obligaron a la autoridad municipal provincial de Cañete a izar el Pabellón Nacional en la Plaza de Armas, con el único fin de ganarse el almuerzo y el brindis gratis. Allí estuvieron "perro, pericote y gato", es decir juntos todos aquellos que día a día se dicen la vela verde en los medios, sin el menor respeto a sus oyente, televidentes o lectores, y se enfrentan abiertamente, no por defender ideas ni posiciones, sino por no perder el "patrocinio" de quien lo mantiene, y ha generado, con esta actitud, que la corrupción en esta noble profesión en lugar de disminuir se acreciente más.
Algunos ya están visitando a las autoridades para discretamente conocer qué van a programar por tan especial acontecimiento, comprometiéndose inclusive a llevar las tarjetas a los coleguitas agremiados o independientes. Otros hasta preparan el terno para talvés una juramentación, pero no porque quieren que una autoridad tenga el honor de tomarles la palabra al asumir su cargo, sino para que la ceremonia pueda salir tranquilamente y gratis con el almuerzo incluido.
Ah, no podemos olvidar, que seguramente también ya comenzaron a llegar oficios requiriendo apoyo a diversas instituciones, ya sea económico o en especie, solicitando la ayudita de las autoridades para poder celebrar nuestro día; aunque mañana todo aquello recaudado nadie sepa dónde fue a parar. Basta de esto.
Es tiempo que entendamos que como cualquier ciudadano que quiere celebrar su cumpleaños, lo hagamos con nuestro propio peculio, sin el compromiso de un apoyo que nos obligue a pasarla la mano a autoridad alguna. Es mejor estar juntos, quienes verdaderamente debemos estarlo, aunque sea comiendo un menú y un refresco que nos cueste a nosotros mismos y que no sea el complaciente almuerzo de alguien que se crea que nos tiene en su poder.
Que haya ceremonia y reconocimiento talvés sea justo y necesario, pero no sumisión, mucho menos servilismo en favor de alguien que pretenda demostrar que "esta de la mano con los hombres de prensa", cuando al final lo que busca es decir: "miren cómo los tengo”
Si se quiere agasajar a los hombres de prensa o comunicadores sociales de Cañete, que se nos deje de ofrecer alimentos y trago que en el día nos llenará y nos dejará satisfecho, pero al día siguiente nuevamente el estómago quedará vacío. Que se programen cursos de capacitación que nos permitan estar a la altura de las circunstancias que se nos presenten en el correcto camino de nuestra mejor labor en BENEFICIO DE LA COMUNIDAD.
El alimento del saber, que tanta falta nos hace a todos, títulados o no, será el maná que nuestra alma requiere para un mejor trabajo diario ya que los conocimientos que se puedan aprender en este tipo de actividades, no se digerirán rápidamente mucho menos evacuaremos de nuestro ser como cualquier alimento sólido ya sea de menú corriente o de plato a la carta.
Pidamos capacitación, para que nos preparemos mejor para el desarrollo de nuestra labor o profesión. Eso nos hará más dignos con la comunidad y nosotros mismos. El reto estoy seguro que será duro de afrontar, porque contrariamente abundarán aquellos que con el cuento de brindar un buen desayuno, almuerzo o comida; o talvés las tres cosas, pretendan seguir forjando hombres o mujeres pobres de conocimiento para que no se les enfrenten mañana cuando haya algo que denunciar.
Recordemos que el periodismo es un arma que puede transformar a la sociedad, pero debe estar al lado de la comunidad y no bajo el brazo de ninguna autoridad. (Elarquim)
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