domingo, 23 de octubre de 2011

CUANDO APRENDERAN LOS PERIODISTAS A NO HACERLE EL JUEGO A LA MAFIA, AL APRA Y AL FUJIMORISMO.

CORRUPCIÓN EN EL GASTO DE PUBLICIDAD.
Según la mafia política peruana encabezada por Alan García, Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, Lourdes Flores y Pedro Pablo Kuczynski, el abogado Omar Chehade debe ser linchado. Esta mafia derrotada en las últimas elecciones saca las garras y quiere llevarse de encuentro a la lucha anticorrupción emprendida por el gobierno de Ollanta Humala. La maquinación de la prensa mercenaria adicta a la inmoralidad y la corrupción esta muy bien montada en cuanto a escenografía y guión. Los periodistas a su servicio son expertos en estos montajes.
Chehade cometió el gravísimo error, ingenuidad e idiotez de por medio, de ir a cenar con tres altos jefes policiales y de ahí parte que el defenestrado general Arteta, en coordinación con esta mafia, se preste a calumniar a los invitados haciendo ver, temerariamente, que la cita era para trat...ar la invasión policial de 5000 efectivos a la hacienda azucarera Andahuasi.
Para cualquier ser pensante esa aseveración no tiene ni pies ni cabeza, pues un operativo de esa naturaleza corresponde a una decisión del Poder Judicial y luego a las negociaciones que pueda realizar el ministerio del Interior con las partes involucradas y los trabajadores, dado que no se trata de un desalojo común y corriente sino de uno de carácter laboral y social. ¿Qué poder puede tener Chehade, congresista sin cargo ejecutivo, para tratar un asunto tan complicado? Simplemente ninguno, por ello la acusación gratuita de "trafico de influencias" no tiene sentido.
Por supuesto, la mafia ante la estupidez de Chehade sigue levantando polvareda. Y, Keiko Fujimori, en vez de pedir la renuncia de Chehade debe devolver el dinero sustraído al estado peruano por ella, su padre y su familia, del cual gozan a vista y paciencia de los ciudadanos honrados. La alianza mafiosa en el Congreso, en vez de elevar un pedido de acusación constitucional contra Chehade, debería empezar a colaborar con las investigaciones de las administraciones anteriores y los contratos dolosos con las compañías transnacionales; además, de ponerse firmes frente a las coimas recibidas por los ex presidentes, ex ministros y altos funcionarios, en las millonarias obras públicas e inversiones sin las licitaciones, obligadas por ley, que las refrenden. (Por Carlos Angulo Rivas)

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