En 1992 apareció la novela Teorema del anarquista ilustrado como parte de una trilogía titulada Terceto de Lima. Más de una década después, vuelve a las librerías el libro de Enrique Verástegui.
Usted contaba que este libro lo escribió en una semana sin modificar. ¿Qué tanto hay de leyenda en esto?
- Parte es leyenda, parte es cierto. Esta nueva edición no tiene ninguna corrección respecto a la primera edición de 1992
¿Cómo surgió la idea de este personaje?
Es una novela sobre la locura, que como diría Erasmo de Rótterdam es necesaria porque alegra la vida. Se trata de la experiencia de un joven de 20 años en el manicomio del Asesor, que es internado por sus familiares y trata de huir de allí en un partido de básquet.
¿También se podría entender como un elogio al ser distinto?
Sí, pues. Está ambientado en la época en que está muriendo el movimiento hippie, y los pocos que quedan son encerrados en el manicomio. Además, el personaje hace una metáfora de la ciudad con el manimomio
¿Lo motivó alguna experiencia al escribir esta historia?
En parte es real, y en parte es irreal en la medida que es imaginaria. En los años 70 tuve una experiencia con el hospicio por dos meses que me llevó a plantearme reflejarla en un texto literario. No tanto la experiencia biográfica, sino lo que he visto. Pero lo he embellecido, porque la locura es una experiencia sórdida.
¿Existe un idealismo cuando se habla de locura?
- Sí, porque la locura es la metáfora de la aventura. Siempre abundará ese idealismo respecto a la locura.
¿En qué género se siente más cómodo? ¿En narrativa, poesía, ensayo, teatro?
- En todos los géneros me siento cómodo. Yo pensaba dividir mi vida de tal forma que para la vejez me iba a dedicar a los cuentos. Tengo un libro de cuentos, y espero publicarlo alguna vez para continuar escribiendo cuentos. No abandono la poesía. He hecho ocasionalmente teatro y tengo una novela de ochocientas páginas que pienso publicar cuando encuentre editor.
Se cuenta que Mario Vargas Llosa le alabó su novela.
- Sí, es verdad. Y también la alabó Julio Ramón Ribeyro. Él me mandó a decir con Patricia de Souza que le había gustado mucho. A mí, personalmente, Mario Vargas Llosa me dijo que no sabía si estaba ante un estudio de sicología, sociológico o ante pura ficción.
¿Qué le parece Vargas Llosa?
. - A mí me gusta.
¿Cuál es el autor de literatura peruana que más le gusta?
- Julio Ramón Ribeyro me ha gustado siempre por Crónicas de San Gabriel. Y José María Arguedas por Los ríos profundos. Esta novela tiene una fuerte influencia de Arguedas al describir los paisajes en la segunda parte.
Datos
Señala que trabajará textos paralelos a su libro perdido El saber de las rosas, pero que no piensa reescribirlo por ser demasiado extenso.
Teorema del anarquista ilustrado fue presentado ayer en la feria del libro Ricardo Palma. Los comentarios estuvieron a cargo de Paul Guillén y Róger Antón Fabián.
Usted contaba que este libro lo escribió en una semana sin modificar. ¿Qué tanto hay de leyenda en esto?
- Parte es leyenda, parte es cierto. Esta nueva edición no tiene ninguna corrección respecto a la primera edición de 1992
¿Cómo surgió la idea de este personaje?
Es una novela sobre la locura, que como diría Erasmo de Rótterdam es necesaria porque alegra la vida. Se trata de la experiencia de un joven de 20 años en el manicomio del Asesor, que es internado por sus familiares y trata de huir de allí en un partido de básquet.
¿También se podría entender como un elogio al ser distinto?
Sí, pues. Está ambientado en la época en que está muriendo el movimiento hippie, y los pocos que quedan son encerrados en el manicomio. Además, el personaje hace una metáfora de la ciudad con el manimomio
¿Lo motivó alguna experiencia al escribir esta historia?
En parte es real, y en parte es irreal en la medida que es imaginaria. En los años 70 tuve una experiencia con el hospicio por dos meses que me llevó a plantearme reflejarla en un texto literario. No tanto la experiencia biográfica, sino lo que he visto. Pero lo he embellecido, porque la locura es una experiencia sórdida.
¿Existe un idealismo cuando se habla de locura?
- Sí, porque la locura es la metáfora de la aventura. Siempre abundará ese idealismo respecto a la locura.
¿En qué género se siente más cómodo? ¿En narrativa, poesía, ensayo, teatro?
- En todos los géneros me siento cómodo. Yo pensaba dividir mi vida de tal forma que para la vejez me iba a dedicar a los cuentos. Tengo un libro de cuentos, y espero publicarlo alguna vez para continuar escribiendo cuentos. No abandono la poesía. He hecho ocasionalmente teatro y tengo una novela de ochocientas páginas que pienso publicar cuando encuentre editor.
Se cuenta que Mario Vargas Llosa le alabó su novela.
- Sí, es verdad. Y también la alabó Julio Ramón Ribeyro. Él me mandó a decir con Patricia de Souza que le había gustado mucho. A mí, personalmente, Mario Vargas Llosa me dijo que no sabía si estaba ante un estudio de sicología, sociológico o ante pura ficción.
¿Qué le parece Vargas Llosa?
. - A mí me gusta.
¿Cuál es el autor de literatura peruana que más le gusta?
- Julio Ramón Ribeyro me ha gustado siempre por Crónicas de San Gabriel. Y José María Arguedas por Los ríos profundos. Esta novela tiene una fuerte influencia de Arguedas al describir los paisajes en la segunda parte.
Datos
Señala que trabajará textos paralelos a su libro perdido El saber de las rosas, pero que no piensa reescribirlo por ser demasiado extenso.
Teorema del anarquista ilustrado fue presentado ayer en la feria del libro Ricardo Palma. Los comentarios estuvieron a cargo de Paul Guillén y Róger Antón Fabián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario