viernes, 22 de abril de 2011

VIVAMOS UNA VIDA AL 100%

CRISTO ESTÁ VIVO
Cristo murió por nosotros. Sin embargo, si hubiese permanecido en la tumba, no hubiese habido esperanza de salvación para el ser humano. La resurrección de Cristo da evidencia de que Él es el verdadero Hijo de Dios.
Es cierto. En un principio la crucifixión de Jesús desmoralizó a sus seguidores. Aquel pequeño grupo de discípulos estaba ahora disperso y aterrorizado. Los enemigos de Jesús estaban celebrando la victoria. Pero tres días después de la muerte de Jesús ocurrió el milagro: ¡Jesucristo resucitó de entre los muertos!
Después de que se mostrara ante muchas personas (1 Corintios 15.6) y les dirigiera palabras de ánimo, ascendió a los cielos Este tampoco fue un secreto porque lo hizo mientras sus discípulos lo miraban (Lucas 24.50-51).
¿Qué hace Cristo ahora? Cuando ascendió al Cielo tomó el lugar que le correspondía, sentándose a la diestra del Padre (Hebreos 8.1). Leamos dos textos de la Biblia que dicen lo que Él hace ahora:
“Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un abogado defensor, que es Jesucristo, y él es justo”. (1 Jn. 2.1).
“Pero como Jesús no muere, su oficio sacerdotal no pasa a ningún otro. Por eso puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre, para rogar a Dios por ellos”. (Heb. 7.24-25).
Muchas religiones han edificado capillas y altares en las tumbas de sus líderes. Dentro de ellas se encuentran los huesos venerados de sus muertos. Pero la tumba de Cristo está vacía gracias al milagro que ocurrió tres días después de Su crucifixión. ¡Cristo se levantó de entre los muertos! Este es el hecho que cambió la Historia. Jesucristo está vivo y anhela obrar en la vida de aquellos que confían en Él.

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