martes, 26 de abril de 2011

LA FALTA DE RESPETO A NUESTRA TRADICIÓN Y COSTUMBRES:

TRISTE SEMANA SANTA
Terminó la Semana Santa y como cada año tenemos que lamentar los muchos desaciertos de nuestras autoridades, que lejos de aprovechar esta fecha para reflexionar y pensar en las cosas que estan haciendo bien o mal, pues lo que han hecho es apoyar la diversión, el consumo de licor, el desorden y alentar el sobreprecio de los muchos o pocos productos que se expenden en estos días.
Primero que en San Vicente se presentó una ciudad desguarnecdida, sin orden, con veredas por construir, sin contar las que se encuentran deterioradas y con buzones sin tapa, con el parque O'Higgins que da verguenza (completamente deteriorada) y expendiendo libros donde no deben. Por lo demás el abuso de los gransportistas que se aprovechaban del día y llevando a los pasajeros por calles y avenidas con huecos a diestra y siniestra, olvidados de la seguridad policial y municipal.
Esta Semana Santa, nuevamente nos cogio sin mercado, sin baños públilcos para los visitantes, con gente livando licor en la vía pública y miccionando por doquier a vista y paciencia de propios y extraños, donde ha estado presente la falta de respeto a nuestra tradición y costumbres.
La fiesta religiosa de antes , de nuestra gente adulta y mayor, que viene siendo cambiada por el desenfreno de la juventud , que busca que avasallar lo hermoso que tenemos, imbuídos por el licor y la droga, buscando siempre el desenfreno, la cosa fácil y en algunos casos las orgías en las playas, además de muchas otras cosas que se ven en estos días.
La religiosidad de nuestros opueblos, pareciera que se va perdiendo por la desidia de nuestras autoridades y gobernantes, que concurren a las ceremonias para buscar figuración, posando para las fotos e inclusive pagando a medios de comunicación para que les rindan pleitesía, como sucedió el jueves y el viernes en la ceremonia central de la catedral.
En fín creemos que la Semana Santa de Cañete, ya no es la misma, se extraña mucho la tranquilidad de nuestras calles, el paso apresurado de nuestros padres y abuelos para escuchar el Sermón de las 3 horas, el acompañamiento de las procesiones de cada día con su banda de músicos y sobretodo las ceremonias del día sábado Santo en la Catedral; hay muchas cosas que tienen que darse de manera coordinada entre las autoridades con la Iglesia, pero no es así.
Debemos aclarar igualmente, que muchas de estas cosas es por descoordinación más no por desconocimiento, o en todo caso diaríamos por desidia de quienes tienenla responsabiliad de conducir los destinos de nuestra provincia. (Lic. César Calagua Gutiérrez)

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