martes, 31 de enero de 2012


ENTREGAN  RESTOS  DE  CRIMEN  SENDERISTA ‘EXPRESO DE LA MUERTE’
Después de más de 28 años, este martes, familiares de las víctimas de la matanza perpetrada por el grupo  terrorista Sendero Luminoso el 26 de de julio de 1984, en el poblado ayacuchano de Soras, en emotiva ceremonia recibieron restos de sus seres queridos.
La entrega de los últimos 4 cadáveres se produjo en la sede del Ministerio Público de la ciudad de Ayacucho, en el barrio Ñawinpuquio, donde la titular de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial de Ayacucho, Jhousy Aburto Garavito, dispuso a través de una resolución la entrega de restos exhumadas del cementerio ‘Doce Corral’ del distrito de Soras, provincia de Sucre (Ayacucho).
Matanza sangrienta
Estos últimos 4 restos corresponden a los lugareños: Policarpo Aronaca Mercado, Alejandro Aguilar Yapo, Jacinto Mercado Quesso y Leonardo Sinsaya Colque. Luego se realizó un velorio en la oficina de la Comisión de Derechos Humanos (COMISEDH), desde donde el cortejo fúnebre partió hacia la Catedral de esa ciudad, para la misa de honras.
Igualmente el pasado 21 de noviembre del año pasado, cerca de 20 restos óseos de la misma matanza, también fueron entregados a sus familiares, donde tras similar ceremonia, el cortejo fúnebre partió hacia Soras para recibir cristiana sepultura,  para luego partir hacia el distrito cusqueño de Sicuani, donde serán sepultados.
Masacre ‘Expreso de la Muerte’
Si bien los medios de comunicación, cuando enfocan el tema del grupo terrorista Sendero Luminoso, solo recuerdan la matanza de Lucanamarca (Huancasancos), acontecida el 3 de abril de 1983, donde fueron asesinados 69 campesinos;  pero olvidan otras matanzas, más sanguinarias que Lucanamarca. 
El 26 julio del año de 1984 en el distrito de Soras provincia de sucre-Ayacucho, el ómnibus interprovincial “Expreso Cabanino” que se dirigía desde la ciudad de Lima hacia Querobamba (capital de la provincia de Sucre), fue interceptado por  huestes  de Sendero Luminoso, en la localidad de Soras, armados con escopetas y machetes.
Los terroristas, tras asesinar a los campesinos pobres, solían colocar este tipo de avisos.
La hipótesis que manejaban los terroristas dirigido por un autodenominado camarada ‘José’, era que en el vehículo interprovincial, viajaban agentes de inteligencia de la Policía, de ahí que cuando el bus llegó a Soras, los terroristas estratégicamente ubicados inmovilizaron a todos los pasajeros, entre ancianos, adultos, jóvenes y niños.
Según contados testigos del lugar, los senderistas tras realizar los primeros disparos, asesinaron uno por uno a los 62 ocupantes con piedras, cuchillos, machetes y fierros. Igualmente para asegurarse que cada ejecutado estaba sin vida, hasta empleaban las denominadas ‘punzadas de gracia’ (similar a los disparos de gracia).  
Por lo macabro de este hecho sangriento e inhumano, esta masacre fue denominada como el “Expreso de la Muerte”, puesto que inocentes pasajeros fueron cruel e irracionalmente fueron asesinados. 
Posteriormente, según testimonio del conductor del bus Cabanino, a  medida que los terroristas mataban a golpes y cuchillazos, los cuerpos sin vida eran arrojados  a un lado de la carretera, mientras que  el bus  continuaba su ruta (PY).

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