El padre Martín Sánchez, del Hogar de Cristo, se mostró a favor de la legalización de los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo. En ese sentido, sostuvo que apoya las uniones que permitan la felicidad de las personas.
"Estoy a favor de aperturas al mundo, de todo tipo de uniones que faciliten la felicidad de las personas. La felicidad no tiene un nombre propio sino de acuerdo a lo que le haga bien a las personas. Creo que el tema es de apertura. La realidad nos sobrepasa en temas de costumbres, de moral, del número de gays que a lo mejor es mucho mayor de lo que uno puede pensar. Por lo tanto, hay que considerarlos a ellos como personas", sostuvo Sánchez.
Sin embargo, estimó que el Perú es un país tradicionalmente católico y conservador, donde "será muy difícil que se acepte este tipo de vínculos". Sin embargo, planteó un debate público sobre el tema con la participación de diversas instancias.
"Las uniones gay corresponden a un país mucho más maduro, en condiciones de libertades. El Perú no está preparado para eso, porque es un país tradicionalista con una religión mayoritaria, y no creo que la sociedad peruana acepte tan fácilmente esas uniones", agregó.
De otro lado, el religioso planteó que el estado tenga un trato equitativo a todas las corrientes religiosas y no solamente a la Iglesia Católica. "El bien que se da en el Perú no solo es propiedad de la iglesia Católica, los pobres están en todas partes, tienen diferentes colores políticos y religiosos. Es más, hay muchas congregaciones religiosas no católicas que hacen mucho bien, trabajamos con comunidades cristianas que son tan consecuentes como los católicos buenos. Creo que la ley en un país maduro debe equilibrar distribución de los bienes para todos por igual", explicó.
Agregó que "deben equilibrarse (los beneficios a las diversas corrientes religiosas), un principio universal del bien común es que las riqueza debe distribuirse entre todos, debería verse que entidades están al frente de obras sociales en favor de los pobres y hacerle llegar los recursos".
"Estoy a favor de aperturas al mundo, de todo tipo de uniones que faciliten la felicidad de las personas. La felicidad no tiene un nombre propio sino de acuerdo a lo que le haga bien a las personas. Creo que el tema es de apertura. La realidad nos sobrepasa en temas de costumbres, de moral, del número de gays que a lo mejor es mucho mayor de lo que uno puede pensar. Por lo tanto, hay que considerarlos a ellos como personas", sostuvo Sánchez.
Sin embargo, estimó que el Perú es un país tradicionalmente católico y conservador, donde "será muy difícil que se acepte este tipo de vínculos". Sin embargo, planteó un debate público sobre el tema con la participación de diversas instancias.
"Las uniones gay corresponden a un país mucho más maduro, en condiciones de libertades. El Perú no está preparado para eso, porque es un país tradicionalista con una religión mayoritaria, y no creo que la sociedad peruana acepte tan fácilmente esas uniones", agregó.
De otro lado, el religioso planteó que el estado tenga un trato equitativo a todas las corrientes religiosas y no solamente a la Iglesia Católica. "El bien que se da en el Perú no solo es propiedad de la iglesia Católica, los pobres están en todas partes, tienen diferentes colores políticos y religiosos. Es más, hay muchas congregaciones religiosas no católicas que hacen mucho bien, trabajamos con comunidades cristianas que son tan consecuentes como los católicos buenos. Creo que la ley en un país maduro debe equilibrar distribución de los bienes para todos por igual", explicó.
Agregó que "deben equilibrarse (los beneficios a las diversas corrientes religiosas), un principio universal del bien común es que las riqueza debe distribuirse entre todos, debería verse que entidades están al frente de obras sociales en favor de los pobres y hacerle llegar los recursos".
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