PEREGRINACIÓN A LAS ALTURAS DE YAUYOS…AVANCEN HERMANOS QUE NOS ESPERA EL “SEÑOR DE CACHUY” Este año del 10 al 14 de mayo se llevó a cabo la peregrinación al Santuario del "Señor de la Ascensión" de Cachuy en Yauyos, festividad religiosa de gran trascendencia nacional e internacional. Nosotros, una vez más, nos dirigimos a las alturas de este poblado de la serranía limeña situado a más de 3,600 metros sobre el nivel del mar. Milagros sin inumerables los que se pueden recoger a través del tiempo y nosotros no podemos ser la excepción en más de una gracia concedida. Cuenta la tradición que un pastor llamado Martín Barrios pastaba su ganado vacuno en los pastizales de la zona. Un día próximo a la festividad de San Lorenzo, se le extraviaron sus vacas, habiendo salido a buscarlas, llego hasta una pampa pedregosa llena de malezas y espinas; encontrando en ese lugar al ganado extraviado. Junto al ganado Martín Barrios diviso una pequeña figura humana que parecía ser la de un niño vestido con una túnica blanca.
La peregrinación se inicia en el poblado yauyino de Canchán, perteneciente a la jurisdicción del distrito de Catahuasi, ubicado a aproximadamente dos horas de la capital de Cañete, siguiendo la ruta que la une a la provincia de Yauyos. En el lugar se levanta una capilla con una réplica del "Sr. de Cachuy", lugar que sirve para encomendar los pasos que todo peregrino debe realizar para llegar a feliz destino y en donde también se celebran acciones litúrgicas y ceremonias festivas para las personas que no pueden subir al santuario.
De Canchán, utilizando vehículos motorizados (combis o couster) se llega al lugar denominado "La pampa" distante a solo diez minutos. Allí se inicia verdaderamente el peregrinaje con la incesante subida y el continuo serpentear de cerros. El camino es agreste y de grandes pendientes. El tiempo que puede hacerse un peregrino es variante en virtud a la condición física de cada uno. Cuentan que los mejores dotados (físicamente hablando) realizan el trayecto entre 3 a 4 horas), otros incluso demoran un día entero, por el difícil camino. Nosotros, en honor a la verdad, el trayecto lo hacemos en 8 horas.
Peregrinos de diversos puntos del país, se encaminan en esta aventura de fe y devoción. Niños, madres gestantes, personas de la tercera edad y gente de toda condición social y económica, se cruzan en el camino. No hay diferencia alguna entre todos, porque los une un mismo sentido de amor divino.
Ya en el Santuario, son miles de personas las que derraman lágrimas de emoción, alegría y tristeza. Se escuchan las súplica, los milagros y pedidos de protección de los seres queridos. Muchos llegan a solicitar la intermediación del "Señor de Cachuy" para lograr un milagro especial, otros llegan para agradecer por la gracia concedida. La historia es la misma, pero la devoción tiene diversas aristas. Talvés es una de las más sacrificadas peregrinaciones en el Perú, pero demuestra que el amor al Señor, siempre vive entre nosotros. Dios quiera, que el próximo año pueda volver a estar nuevamente por allá.(Elarquim).
La peregrinación se inicia en el poblado yauyino de Canchán, perteneciente a la jurisdicción del distrito de Catahuasi, ubicado a aproximadamente dos horas de la capital de Cañete, siguiendo la ruta que la une a la provincia de Yauyos. En el lugar se levanta una capilla con una réplica del "Sr. de Cachuy", lugar que sirve para encomendar los pasos que todo peregrino debe realizar para llegar a feliz destino y en donde también se celebran acciones litúrgicas y ceremonias festivas para las personas que no pueden subir al santuario.
De Canchán, utilizando vehículos motorizados (combis o couster) se llega al lugar denominado "La pampa" distante a solo diez minutos. Allí se inicia verdaderamente el peregrinaje con la incesante subida y el continuo serpentear de cerros. El camino es agreste y de grandes pendientes. El tiempo que puede hacerse un peregrino es variante en virtud a la condición física de cada uno. Cuentan que los mejores dotados (físicamente hablando) realizan el trayecto entre 3 a 4 horas), otros incluso demoran un día entero, por el difícil camino. Nosotros, en honor a la verdad, el trayecto lo hacemos en 8 horas.
Peregrinos de diversos puntos del país, se encaminan en esta aventura de fe y devoción. Niños, madres gestantes, personas de la tercera edad y gente de toda condición social y económica, se cruzan en el camino. No hay diferencia alguna entre todos, porque los une un mismo sentido de amor divino.
Ya en el Santuario, son miles de personas las que derraman lágrimas de emoción, alegría y tristeza. Se escuchan las súplica, los milagros y pedidos de protección de los seres queridos. Muchos llegan a solicitar la intermediación del "Señor de Cachuy" para lograr un milagro especial, otros llegan para agradecer por la gracia concedida. La historia es la misma, pero la devoción tiene diversas aristas. Talvés es una de las más sacrificadas peregrinaciones en el Perú, pero demuestra que el amor al Señor, siempre vive entre nosotros. Dios quiera, que el próximo año pueda volver a estar nuevamente por allá.(Elarquim).
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