miércoles, 1 de diciembre de 2010

CHUI NO SIRVE NI PARA ELECTORERO SOLO PODRÍA SER UN PRINCIPIANTE DE ELECTORERO.

ABRIENDO HERIDAS SENSIBLEMENTE CICATRIZADAS, PARA ASEGURAR UNA REELECCIÓN
En el bajo recursos electorero de generar miedo entre los electores de la región Lima, los geniales y autoproclamados internacionales estrategas de campaña del candidato que postula a la reelección por Concertación para el Desarrollo Regional, algunos de los cuales van por todos lados anunciando que el “Chino” propone una gestión con enfoque de desarrollo humano; no han considerado mejor forma de cosechar votos y adhesiones en estos comicios regionales, que acusar de terrorista al candidato de “Patria Joven” Javier Alvarado o que entre sus colaboradores se encuentran “ex violentistas”, inclusive con nexos en el extranjero, todo esto buscando jalar agua para su molino.
Es notorio que estamos asistiendo al agotamiento de las ideas, para dar paso a la brutalidad reeleccionista que no le importa arrasar lo que sea o a quien sea, con tal de garantizar que el candidato que ahora demagógicamente ofrece realizar todo lo que no fue capaz de hacer en estos últimos cuatro años, se quede por cuatro años más. Este episodio, en un contexto disímil, es comparable con las infaustas palabras pronunciadas en el Concurso Realmente Bella 2009, por la Mis Panamá Giosue Cozzarelli que afirmó “Confucio fue uno de los que inventó la confusión por eso de los más “antuiguo”… fue uno de los chinos japoneses que fue de los más antiguo.
La comparación va por el lado, que si se propugna una gestión sustentada en desarrollo humano, y que aspira a una reelección, y además entre sus estrategas, técnicos, políticos y ayayeros existen personas vinculadas a la sociología, como pueden olvidar algo elemental, que las causas de la violencia interna en nuestro país y la región, fue una respuesta radical a la brecha socio – económica entre ricos y pobres, desde todo punto de vista cuestionable. Solamente fundamentos electoreros y obtusos, como el que estamos viviendo en estos momentos en la región, pueden abrir heridas sensiblemente cicatrizadas, eso es, desde mi óptica, hacer terrorismo electoral, porque se pretende generar el terror, miedo entre los electores que iremos a las urnas el próximo 5 de diciembre, pues se olvidan que estamos en un debilitado proceso de conocer la verdad y lograr la reconciliación.
Como entonces, es posible profesarse concertadores, democráticos y humanistas, si con el propósito de sacar alevosa ventaja en la segunda vuelta electoral, olvidamos que el país está viviendo el periodo post violencia interna de lograr el compromiso con la reconciliación que compromete a la sociedad peruana en su conjunto; pues, es ella la que debe reconciliarse consigo misma, pero como puede ser posible esto si la agrupación regional oficialista revive este tema, que necesita tratamiento en el plano socio – económico, básicamente desde el sector Estado. Y lo hará cuando, comenzando por el Estado, del cual es parte Nelson Chui por su condición de presidente regional, se instauren relaciones de reconocimiento recíproco que corrijan la discriminación social, económica, racial, cultural y de género, y cualquier otra forma de postergación, relaciones que hagan posible la refundación del acuerdo social entre todos.
Así, la reconciliación comprende tres niveles específicos: en el nivel político, es una reconciliación entre el Estado −incluyendo a las Fuerzas Armadas y Policiales− y la sociedad, y lo es también entre los partidos políticos, la sociedad y el Estado; en el nivel social, es una reconciliación de las instituciones y los espacios públicos de la sociedad civil con la sociedad entera, de modo especial con el mundo rural, las mujeres y los jóvenes, secularmente postergados; y en el nivel interpersonal, es una reconciliación entre los miembros de comunidades o instituciones que se vieron enfrentados a causa de la violencia generalizada. Es de esperar que este proceso de reconciliación halle un reflejo en la educación, en la familia, en los medios de comunicación, en el modo de funcionamiento de las instituciones civiles y políticas, y en la propia vida cotidiana de todas las peruanas y peruanos, esto incluye a los hombres y mujeres de la región Lima.
Todo esto me lleva a indicar que Concertación para el Desarrollo Regional podría sufrir un revés el domingo 5 de diciembre, porque esta demostración demasiadas irresponsabilidades para sostener su campaña, olvidándose que el norte chico, también vivió crudamente la violencia interna, y basta mencionar lamentables pérdida de vidas de efectivos policiales y de la fuerzas armadas, asimismo, familias como los Rodríguez Paucar, los Ventocilla, los campesinos de Caraqueño – Pativilca y Colcapampa – Oyón, y la desaparición del periodista huachana Pedro Yauri Bustamante, entre otros casos de la región. No podemos echar sal en estas heridas, solamente para lograr la reelección. Esto, no solamente demuestra ausencia de tino, sino desesperación por los notorios avances de la corriente antireeleccionista, anticorrupción y por un verdadero cambio.
Pues bien, ya que los oficialistas integrantes del movimiento de Chui, tocaron este tema para favorecerse, cabría la pregunta si como parte del Estado, y teniendo el enfoque de gestión que vociferan, que han hecho en los cuatro años de gobierno del 2006 al 2010, para incluir el tema de resarcimiento directo a las víctimas de la violencia por los daños padecidos, porque sobre el particular también debemos aplicar decisiones descentralistas, con la finalidad de subsanar de algún modo el daño que han sufrido, lo cual no va en perjuicio de otras reivindicaciones, igualmente justas, a las que puedan tener derecho.
En su sentido político y social, no electorero, la instauración de la justicia implica que se hagan todos los esfuerzos posibles por reformar las instituciones de la sociedad a fin de que las relaciones sociales sean más equitativas, más democráticas y más solidarias, y a fin de que no se repita una tragedia nacional y regional semejante, pero echando leña al fuego, no ayudamos maduramente.

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