martes, 19 de octubre de 2010

ENFOQUE DEL INSTITUTO DE LA GOBERNALIADAD

CORTARON LAS ALAS A LA REGIÓN LIMA
Las recientes fiestas de Navidad y Año Nuevo no han sido nada gratas para el Gobierno Regional de Lima. Primero, le cortaron las alas impidiéndole hacer obras por encargo con los gobiernos locales, lo que le había generado capacidad de gasto con más de medio millar de pequeños proyectos ejecutados en diferentes distritos de la costa y la sierra de la región Lima. Segundo, si el Presidente intenta la reelección tiene que dejar el cargo en abril del año en curso. Tercero, que el presupuesto para el año 2010 ha sufrido un recorte porcentual importante que no le permitirá cumplir con sus compromisos de inversión.

Estos tres antecedentes implican que el gobierno regional debe cambiar su estrategia de trabajo en un año electoral, con grandes demandas en temas de competitividad en infraestructura económica productiva y social.
El gobierno regional está muy inmiscuido en sus problemas internos. No puede resolver con eficiencia el nombramiento de algunos de sus funcionarios. No tiene una mirada desafiante frente a los mercados externos: “La protección ya no protege. Lo que no se desempeña a la altura de las pautas internacionales ya no protege a las instituciones, solo las hace más vulnerables”, advierte Peter Drucker al mundo empresarial.
El Índice de Competitividad Regional estuvo ausente en estos tres años del Gobierno Regional de Lima, con lo cual no se puede mostrar la capacidad o potencial del sistema económico-productivo para generar y mantener, en forma sostenida, el crecimiento del ingreso per cápita de los habitantes del territorio regional, lo que ha sido una limitante en la gestión de la región Lima.
El Índice de Competitividad permite auscultar las potencialidades para promover el desarrollo económico y social de quienes habitan en el territorio, detectar ámbitos con mayores o menores grados de fortaleza o debilidad, contribuir a delinear políticas públicas y aportar antecedentes relevantes para que los actores tomen como propias las tareas de mejoramiento de las condiciones de la región.
Una evaluación seria y responsable no es solo un recuento de obras y proyectos, sino entrega de indicadores de logros y éxitos a favor del bienestar social y económico del territorio regional. En ese sentido, lo que requiere el GRL en su último año de gestión es la evaluación y propuesta de competitividad regional.
ING. NELSON CHUI MEJÍA.
El Gobierno Regional de Lima no ha cumplido hasta la fecha con sus grandes compromisos ante la ciudadanía, por falta de competencias, decisión política y capacidades profesionales y técnicas para modernizar la gestión regional. En términos de índice de competitividad, ocupa uno de los últimos lugares en relación a otros gobiernos regionales en el Perú.
REGION SIN ARTICULACION TERRITORIAL
¿Cuál ha sido la estrategia de trabajo en la región y como ha fortalecido su articulación y concertación con el proceso de conformación de macro regiones con los departamentos – regiones vecinas? ¿Qué logros e impactos ha logrado la comisión de reorganización de la educación? ¿Qué instrumentos de gestión se han trabajado para el mediano y largo plazo? ¿Qué experiencias de coordinación destacable se ha sostenido el año 2009 que permitan asegurar la ejecución de proyectos de impacto regional? ¿Qué tanto se ha avanzado en relaciones y compromisos inteligentes con universidades, gremios, cámaras, asociaciones nacionales e internacionales?
Todo apunta a que al final de la gestión regional, resultará mediocre en términos de crecimiento, desarrollo y bienestar de la gente. Esperábamos mucho más de un bienintencionado Presidente. Es que con buenas intenciones no podemos enfrentar la economía y el desarrollo estratégico de la región Lima.
Lo paradójico es que contamos con recursos, potencialidades y capital financiero nacional y externo por millones de dólares para la inversión, pero padecemos de un mal histórico: no contar con proyectos o estudios definitivos para su ejecución. Cuando hemos tenido algunos estudios definitivos, se quedaron en el enmarañado oscuro de la corrupción administrativa o faltó la decisión política para ejecutarlos. Ahí están, como prueba, diversos proyectos no ejecutados en el ámbito del valle de Huaura y la región Lima.
Hace algunos años, en tiempos electorales, recordamos la campaña por el asfaltado de la vía de penetración Sayán-Churín-Oyón-Ambo, la lucha por el canon de la sal, el megapuerto en Huacho trabajado en el año 1975 por la empresa Internacional Liversey Hendersen, la Zona Franca, el Parque Industrial para las Pymes, la venta precio – arancel del mercado Modelo con palabras y firmas de por medio que sirvieron para ganar votos a los gobernantes locales y regionales. Me pregunto: ¿Qué promesas harán ahora en esta nueva campaña electoral?
Debemos aprender de los éxitos de los demás. El gobierno regional de San Martín está trabajando un plan maestro de ordenamiento territorial y zonificación económico – ecológica para lograr un planeamiento de desarrollo sensato y sostenible para su territorio. El gobierno regional de Piura está impulsando el proyecto PROCLIM para mitigar los impactos del cambio climático en el sector agropecuario. Las regiones de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica tienen el proyecto AGORAH con financiamiento de la Comunidad Europea para atender los rubros de educación, salud y conformación de cadenas agroproductivas. El gobierno regional de La Libertad ha iniciado un paso fundamental en la conformación de un centro de planeamiento estratégico para sus inversiones a corto, mediano y largo plazo. La región Ancash acaba de firmar un Convenio con el PNUD para desarrollar un Programa de Identidad Regional, y así otros nos llevan la delantera en convenios con la Cooperación Técnica Internacional.
LOS DESAFÍOS DEL 2010
La clase política tiene su agenda electoral para el año 2010, la sociedad civil tiene lo suyo. Todos apostamos por el crecimiento económico sostenido y la reducción de la pobreza y aumento de las expectativas de desarrollo individual. Es una condición necesaria, pero no suficiente, para lograr el bienestar de los habitantes de la región Lima.
El primer desafío es lograr una administración pública efectiva en los gobiernos locales y de la región. Casi siempre se toman medidas parches o mediáticas, pero sin resultados concretos en calidad y eficiencia. Como lo hemos dicho anteriormente, al gobierno regional le ha faltado voluntad política para profundizar el proceso de integración regional y la ejecución de proyectos de impacto y sostenibilidad.
Y terminó por complicar la tarea de regionalizar el país la eliminación del Consejo Nacional de la Descentralización (CND). Esta situación ha desencadenado más centralismo y menos participación de los gobiernos locales y regionales, lo que se agrega al conflicto de intereses y competencias en los territorios, en lugar de un esfuerzo concertado para empujar proyectos y programas de alcance regional, especialmente en la inversión pública.
El segundo desafío para el 2010 es fortalecer los planes y proyectos de competitividad regional, que actualmente solo existe para una función administrativa, y no para la promoción de la innovación y desarrollo tecnológico e inversión en infraestructura con vinculación a los mercados, especialmente internos. Aquí queda mucho por hacer con la formación de cadenas y clusters. Se ha trabajado poco y no se han logrado avances para hacer frente a los acuerdos y tratados comerciales que ha firmado el gobierno central.
El tercer desafío es darle más profundidad a la reforma educativa, a partir del Plan Educativo Regional y Nacional, y la atención inmediata de la inseguridad ciudadana, consecuencia de una política incoherente e inconsistente desde el gobierno regional y los gobiernos locales. Nadie duda que cada día exista en nuestros distritos y provincias más delincuencia, prostitución y pandillaje juvenil.
Esperemos que algo se logre concretar en los doce meses de este año decisivo. Estos temas serán claves en el debate político electoral que se avecina. Partidos y movimientos regionales deben presentar propuestas concretas y no posturas coyunturales sin contenido ni acciones claramente definidas para avanzar con firmeza al 2021: Año Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional.
DATOS
El Índice de Competitividad Regional es un indicador ausente en estos tres años del Gobierno Regional de Lima, con lo cual no se puede mostrar la capacidad o potencial del sistema económico-productivo.
El Gobierno Regional de Lima no ha cumplido hasta la fecha con sus compromisos con la ciudadanía, por falta de competencias, decisión política y capacidades profesionales y técnicas para modernizar la gestión regional.
Lo paradójico es que tenemos recursos, potencialidades y capital financiero nacional y externo por millones de dólares para la inversión, pero padecemos de un mal histórico: no contar con proyectos o estudios definitivos para su ejecución.
El primer desafío es lograr una administración pública efectiva en los gobiernos locales y de la región. Casi siempre se toman medidas parches o mediáticas, pero sin resultados concretos en calidad y eficiencia.

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