viernes, 6 de mayo de 2011

DESARROLLO: LA MEJOR ARMA PARA COMBATIR EL TERRORISMO

HONDA PREOCUPACIÓN DEL IMPERIALISMO Y EL CAPITALISMO EN EL MUNDO
La noticia de la muerte de Osama bin Laden a manos de un comando militar de EE.UU. se ha convertido en foco de atención de la comunidad internacional. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, calificó lo ocurrido como "punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo", que refleja no sólo la victoria de EE.UU., sino también los esfuerzos mancomunados de la comunidad internacional.
Después del 11-S, la amenaza terrorista a la seguridad internacional pareció más cierta que nunca, haciendo que el Gobierno de EEUU declarase una lucha contra el terror, en la cual contó con el apoyo de numerosos países miembros de la ONU, que desde entonces han coordinado y reforzado sus estrategias de enfrentamientro al fenómeno.
Osama bin Laden fue acusado como principal cerebro detrás de la atentados del 11 de septiembre, como líder espiritual de la organización extremista Al-Qaeda. La muerte del "terrorista más buscado del mundo" aumentará la confianza en las operaciones anti-terroristas.
La muerte de Bin Laden es un consuelo para las víctimas y familiares de los fallecidos durante los ataques del 11-S, así como una victoria política para Barack Obama en la lucha contra el terrorismo, lo que constituirá una baza favorable, si bien temporal, para los niveles de popularidad del principal inquilino de la Casa Blanca, ofreciéndole la oportunidad de adoptar una nueva línea diplomática para enfrentar el terror .
Pero a pesar de constituir un duro golpe a las organizaciones terroristas, la muerte de bin Laden no implica que éstas dejarán de existir. Hay una nueva generación de organizaciones extremistas que se sirven de equipos de alta tecnología y notables habilidades para conseguir sus fines, a la vez que ganan fuerzas y amenazan con vengar la muerte del líder. La lucha antiterrorista aún deberá andar un largo trecho.
El terrorismo se alimenta de múltiples situaciones que le sirven como caldo de cultivo, entre ellas las desigualdades económicas y políticas, las prácticas hegemónicas, la discriminación racial y la confrontación ideológica. A ellas se suman la mentalidad de la Guerra Fría, de la cual se valen algunos países para intervenir en otros estados. Todos estos fenómenos sociales se confabulan con fricciones nacionales, religiosas e ideológicas para allanar el camino del terrorismo.
Es por ello que se precisa de eliminar las causas y no sólo las consecuencias del terrorismo. Como antídoto, la comunidad internacional debe dar mayor importancia al desarrollo, poniendo en práctica los objetivos de desarrollo del milenio y reduciendo el número de personas pobres. De tal suerte se crearán las bases para un nuevo concepto de seguridad. También es menester respetar las diferentes culturas, sistemas sociales e ideologías, promover la democratización de las relaciones internacionales y construir un mundo armonioso entre todos.
(Pueblo en Línea)

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